Las cubiertas vegetales instaladas en los techos de las ciudades están implicando una mayor cantidad de áreas verdes que contribuyen al planeta. Más allá de las ganancias medioambientales, esta solución representa una mejora económica para sus propietarios.

En la actualidad, las personas y empresas de las metrópolis están optando por incluir instalaciones modernas en sus elecciones inmobiliarias, entre alternativas que permiten el desarrollo de vegetación en las estructuras urbanas, como los techos verdes. Así lo demuestra la creciente valorización que ha alcanzado esta solución arquitectónica en el mercado latinoamericano: $104 millones en 2021, con una proyección de evolución del 12,3 % hacia el 2028 según EMR, empresa experta en investigación de mercados.

La preferencia de los ciudadanos por esta tecnología responde a la búsqueda de alternativas más inteligentes y sostenibles en donde puedan vivir o desarrollar sus actividades diarias. La creación de áreas verdes en casas y edificios brinda un entorno más atractivo y saludable para la vida urbana, que va en línea con las acciones conscientes hacia el cuidado del medio ambiente. Además, maximiza el espacio disponible en entornos densamente poblados en los que pueden desenvolverse.

Los techos verdes, al igual que los jardines verticales, están ayudando a contrarrestar múltiples desafíos urbanos, como el impacto del cambio climático. Los beneficios que ofrecen son fundamentales para mejorar la eficiencia energética, regular la temperatura, hacer una gestión eficiente del agua del agua. De igual manera, hacen posible una mejor calidad de vida para la población dándoles acceso a más espacios de recreación y comunidad, en un entorno menos contaminado. Es por ello que se han convertido en una inversión valiosa en nuestros días.

La preferencia de las personas por los techos verdes radica en su capacidad para transformar entornos urbanos en lugares más saludables, atractivos y sostenibles.

Hacen buen uso del suelo

Una de las propiedades más atractivas de los techos verdes es su capacidad para optimizar y aprovechar áreas que, de otro modo, estarían subutilizadas o simplemente cubiertas de cemento.

Por lo general, los techos en ciudades se utilizan para almacenar objetos sobrantes, como muebles obsoletos o materiales de construcción. Tal es el caso de Lima, cuya situación fue evidenciada por la campaña “Mira tu techo”, impulsada por Gania. Sin embargo, la implementación de techos verdes en las construcciones urbanas, convierten las superficies elevadas en espacios funcionales y beneficiosos.

Ello hace a esta tecnología especialmente relevante para las ciudades, donde el espacio disponible es limitado y valioso. Los también llamados “green roof” proporcionan una manera de aumentar las áreas verdes disponibles sin ocupar terreno adicional en el suelo, a través de la habilitación de terrazas, zonas de relajación o de cultivo. Por tanto, representan una opción ingeniosa para aprovechar el espacio en lugares densamente poblados.

Debido a su capacidad para convertir áreas subutilizadas en espacios funcionales, los techos verdes dan paso a jardines, áreas verdes y hábitats naturales.

Reducen la temperatura y cuidan los recursos naturales

La implementación de techos verdes es considerada una iniciativa ecológica, pues contribuyen a la captura de carbono absorbiendo gases de efecto invernadero y produciendo oxígeno. Así, además de proporcionar una atmósfera más limpia, combaten otras consecuencias del cambio climático en las zonas urbanas, como el efecto “isla de calor”.

Este fenómeno hace referencia a las temperaturas significativamente más altas que experimentan las ciudades debido a la sustitución de áreas naturales por superficies pavimentadas, edificios, vehículos y otras fuentes de calor, que absorben y retienen el calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche. Como resultado, las ciudades se vuelven más cálidas, lo que puede aumentar la demanda de energía para la refrigeración, afectar la calidad del aire y tener impactos negativos en la salud de las personas.

Los techos verdes combaten el efecto isla de calor al actuar como un aislante térmico que absorbe la radiación solar y el calor, evitando que se liberen en la atmósfera de manera inmediata. Esto no solo ayuda a enfriar el entorno urbano, sino que reduce la necesidad de aire acondicionado en los edificios y la demanda de energía eléctrica. Además, la evaporación de agua de las plantas contribuye a enfriar el aire circundante.

En perspectiva de Lorena Moscoso, directora de Arquitectura y paisajismo de Gania, esta característica de las cubiertas vegetales proporciona una regulación térmica para los espacios habitables: “Otro beneficio es que da confort interior, ya que, al implementar un techo verde, la habitación que está debajo del techo va a aumentar o disminuir seis grados centígrados de acuerdo a la temperatura del ambiente en que se encuentre”, comentó.

Una cubierta vegetal proporciona una capa de aislamiento térmico natural, lo que reduce la demanda de energía y mejora el confort en edificios y áreas urbanas.

En el mismo sentido, permiten una gestión eficiente del agua, pues retiene, filtra y retrasa la escorrentía pluvial; es decir, el escurrimiento del agua de lluvia por las superficies duras. La vegetación y el sustrato en estos techos actúan como una barrera natural que evita que fluya de inmediato hacia los sistemas de alcantarillado. Esto reduce la carga sobre los sistemas de drenaje urbano y previene inundaciones. Además, la vegetación y el sustrato filtran los contaminantes que arrastra consigo, mejorando su calidad antes de liberarla a sus fuentes naturales.

Entre los otros beneficios medioambientales que generan estos sistemas también se encuentran la promoción de la biodiversidad, pues sirven como hábitat para aves, insectos y plantas. En conjunto, los techos verdes se destacan como una estrategia sostenible que beneficia al planeta al abordar múltiples aspectos clave de la protección y la preservación del entorno desde las ciudades

Mayor valorización del inmueble

La sostenibilidad que producen los techos verdes no se reduce al aspecto ecológico. Como se mencionó anteriormente, esta solución aumenta la eficiencia energética de los edificios y genera ahorros de energía, lo que se traduce en costos operativos más bajos para los propietarios.

Por otro lado, la estética y la mejora del entorno que ofrece esta tecnología puede aumentar el atractivo de una propiedad, lo que potencialmente incrementa su valor de mercado y posibilita una mayor demanda por parte de inquilinos y compradores. Es posible que esto se traduzca en rentas más altas o un aumento en el precio de venta, por lo tanto, un techo verde termina siendo una inversión rentable a mediano y largo plazo.

Con un mercado inmobiliario más enfocado en la sostenibilidad y la calidad de vida, un techo verde atrae compradores e inquilinos preocupados por el medio ambiente y la salud.

En un momento en que el cambio climático, la urbanización acelerada y la pérdida de espacios verdes son preocupaciones globales, los techos verdes ofrecen soluciones valiosas. Al crear entornos más saludables y atractivos para las personas, estas cubiertas están transformando la forma en que vivimos y trabajamos en las ciudades, promoviendo la sostenibilidad y la resiliencia en pos de la construcción de espacios más habitables y ecológicos.