En diversas localidades de Lima se han incorporado soluciones tecnológicas enfocadas a optimizar el uso de recursos naturales y mejorar la calidad ambiental. Las mismas han generado impactos positivos no solo en el cuidado del planeta, sino también en la calidad de vida de las personas.

Equilibrar el crecimiento urbano con la preservación del medio ambiente es uno de los principales desafíos en las ciudades del mundo debido a la participación que tienen estas en la degradación medioambiental del planeta: 70 % de emisiones de CO2, según la ONU. Esta realidad se extrapola al Perú, donde solo 6 de 30 ciudades tienen un plan o agenda ambiental vigente, según una investigación de World Wide Fund for Nature (WWF) y la consultora Periferia.

Si bien todavía son pocas las urbes en Lima que han desarrollado estrategias de adaptación ambiental frente a la construcción de estos entornos, existen esfuerzos para contrarrestar sus efectos desde la gestión administrativa, las empresas locales y la propia ciudadanía. En ese sentido, problemas como la deficiente calidad del aire, la insuficiente disponibilidad de agua y el alto consumo energético son atendidas con soluciones ecológicas.

El uso de estas tecnologías conlleva una serie de beneficios significativos para mitigar el impacto en el medio ambiente. Soluciones como la integración de muros y techos verdes, el riego tecnificado o la energía renovable, contribuyen directamente a la reducción de la contaminación y la conservación de recursos naturales. Además, fomentan la creación de áreas verdes y espacios de recreación, mejorando la calidad de vida de los habitantes y reduciendo la presión sobre los ecosistemas circundantes.

Transformación del paisaje urbano

De cara a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las personas y entidades limeñas han implementado alternativas innovadoras que impacten positivamente al medio ambiente desde sus espacios. Una de ellas es la instalación de jardines verticales en las paredes de las estructuras urbanas, que, al estar conformados por plantas naturales, permiten la expulsión de elementos tóxicos de la atmósfera producidos por autos, colectivos e industrias.

Estos esfuerzos en conjunto en ciudades como Lima, considerada en 2021 como la primera de Latinoamérica con más polución en el aire por la organización IQ Air, tienen un efecto significativo sobre la contaminación de la metrópoli. De acuerdo a Gania, empresa dedicada a la instalación de cubiertas vegetales, su experiencia en la integración de este tipo de soluciones ha permitido capturar una tonelada de CO2 desde el 2012 hasta la fecha.

La directora, Denisse Ikeda, explicó que ello se debe a la cantidad de espacios verdes que han generado: alrededor de 15 000 m2 de jardines en azoteas y 5000 m2 en paredes. Además, incluyen el uso de elementos ecoamigables en el proceso: “Una de las cosas que ha primado siempre en nuestros proyectos es que sean proyectos sostenibles. Por eso empleamos plantas de bajo consumo de agua, sustratos más ecológicos y el riego tecnificado para que el uso de agua también sea medido”, afirmó.

La integración de coberturas vegetales también contribuye a disminuir el estrés de las personas optimizando la sensación de bienestar y su estado anímico. Por lo mismo, este tipo de soluciones son empleadas en la ambientación de complejos de oficinas y centros de estudio. En el caso del edificio MET y la Universidad del Pacífico, por ejemplo, los muros verdes permiten un ambiente más agradable debido a que reducen la temperatura y el sonido.

El muro verde de la Universidad del Pacífico de 154 m2 ofrece un paisaje natural que apoya los entretiempos de los alumnos en la plaza Geis. Además, genera un colchón acústico y térmico para las oficinas administrativas que se encuentran en la parte interior del edificio.

Ubicado frente a la Vía Expresa, una de las avenidas más transitadas y ruidosas de la ciudad, el edificio multifamiliar MET ofrece en sus 110 m2 un colchón que reduce los decibeles, brinda confort térmico en la parte interna e incrementa el valor inmobiliario del edificio.

Para Ikeda, esto último sería el beneficio más aprovechado por estos espacios. “Los jardines verticales sirven como un colchón para el ruido, pues reduce de 30 a 40 decibeles de sonido de acuerdo con el tipo de planta. Esto es muy conveniente si tienes uno que se ubica en una avenida principal”, sostuvo.

Mejor eficiencia de recursos

El uso de energías limpias y renovables, como la energía solar o la eólica, permiten realizar acciones tangibles en la lucha contra el cambio climático. Por lo mismo, el sector privado viene implementando soluciones que las emplean tanto en sus procesos como infraestructura. Muestra de ello es el sistema de paneles fotovoltaicos que instaló la empresa Engie Energía Perú, con el que cubrirá cerca del 25 % del consumo diario de energía y logrará reducir su huella de carbono. La instalación de esta tecnología se acompañó con la plantación de 140 m2 de jardines realizado por Gania.

El uso de energía solar en las instalaciones de la empresa Engie implica un ahorro de electricidad y menos emisión de gases contaminantes. Fuente: Engie Energía Perú

Por otro lado, las municipalidades en Lima, han recurrido al riego tecnificado en el mantenimiento de sus parques y jardines en varios puntos de sus jurisdicciones. Esta práctica permite aplicar el recurso hídrico de forma localizada, continua, eficiente y de manera oportuna en los sembríos, logrando un ahorro significativo de agua de hasta 90 %. Esto no solo se traduce en un uso responsable y sostenible de este recurso vital, sino que contribuye a la conservación de los ecosistemas acuáticos y a la preservación de la biodiversidad local.

Algunos distritos limeños lograron hacer un uso eficiente del agua en el mantenimiento de sus áreas verdes gracias a que emplearon el riego tecnificado.

Beneficios de integrar soluciones ecológicas

Como demuestran las distintas jurisdicciones de la ciudad de Lima, integrar soluciones ecológicas conlleva una serie de beneficios significativos que contribuyen a crear ciudades más sostenibles, resilientes y agradables para sus habitantes. Estos se pueden resumir en los siguientes:

• Mitigación del cambio climático: Dar espacio a la vegetación con jardines verticales ayuda a absorber dióxido de carbono y otros contaminantes atmosféricos, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y contribuyendo a la mitigación del cambio climático.

• Gestión adecuada del agua: Implementar techos verdes ayuda a absorber y filtrar el agua de lluvia, reduciendo la escorrentía fluvial y el riesgo de inundaciones. También recargan los acuíferos subterráneos, contribuyendo a la seguridad hídrica.

• Mejora de la calidad del aire: Integrar coberturas vegetales proporciona filtros naturales que atrapan partículas y contaminantes del aire. Esto resulta en una mejor calidad del aire y una reducción de problemas respiratorios en los residentes urbanos.

• Protección de la biodiversidad urbana: La creación y conservación de áreas naturales dentro de las ciudades a través del paisajismo promueve la biodiversidad al proporcionar hábitats para aves, insectos y otros animales, contribuyendo a mantener el equilibrio ecológico.

• Contribución a la salud y el bienestar: El incremento de áreas verdes mediante soluciones para espacios urbanos se ha relacionado con la reducción del estrés y la mejora de la salud mental, dado que aumentan la sensación de bienestar y la conexión con la naturaleza.

• Generación de conciencia ambiental: Las soluciones ecológicas pueden ser plataformas educativas para la comunidad, pues promueven la comprensión de los desafíos ambientales y la importancia de la conservación, generando una mayor conciencia ambiental.

La implementación de soluciones ecológicas en las ciudades sienta las bases para un desarrollo más habitable y funcional de las mismas hacia las generaciones presentes y futuras. Integrarlas en las zonas urbanas del Perú es esencial para abordar los desafíos ambientales, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y crear entornos que sean más amigables con la naturaleza. De esta manera, las ciudades estarán más preparadas para enfrentar los desafíos ambientales.