Dada la tecnología implementada en su sistema, un jardín vertical natural conserva la vida útil de la vegetación durante largos periodos de tiempo. Esta moderna solución verde está diseñada para asegurar su longevidad con un mantenimiento mínimo y determinados cuidados de jardinería.

En búsqueda de una conexión más profunda con la naturaleza, un gran número de personas en las ciudades están optando por integrar soluciones modernas de jardinería que permitan el crecimiento de áreas verdes en sus hogares. Entre las más solicitadas están los jardines verticales, que se han posicionado como una alternativa factible que favorece el cuidado ambiental y brinda calidad de vida.

La versatilidad de los muros verdes para adaptarse a diversos tamaños y diseños arquitectónicos brinda a las personas la oportunidad de incorporar un lienzo vivo y sostenible de forma accesible. Por ello, en el Perú, cada vez más ciudadanos y empresas los incorporan en sus viviendas e instalaciones. Dado sus múltiples beneficios, es lógico también que busquen su permanencia durante el mayor tiempo posible. Surge, entonces, la siguiente pregunta:

¿Cuál es el tiempo de vida de un jardín vertical? 

Un muro vivo es capaz de mantener su exuberancia y belleza durante varios años o incluso décadas, ya que, bajo las condiciones adecuadas, es capaz de superponer su perdurabilidad a la esperanza de vida natural de las plantas. De hecho, con las consideraciones detalladas a continuación, puede llegar a vivir tanto como lo que perdura el edificio en el que se encuentra. Dicho esto, es necesario tomar en cuenta dos elementos que determinarán su supervivencia: el sistema del jardín vertical y el mantenimiento.

El sistema de un jardín vertical: un elemento clave para una larga vida

El diseño de un jardín vertical se concibe estratégicamente para garantizar una extensa duración, pues emplea un sistema modular multicapas que permite que las raíces de las plantas migren alrededor de toda la estructura de apoyo. Así, cuando las raíces viejas mueren, se convierten en abono en la parte posterior de la celda y el suelo se regenera como parte del proceso natural. Además, la ingeniería que aplica está pensada para asegurar su resistencia a lo largo del tiempo, considerando dese el inicio factores como la exposición solar, la disponibilidad de nutrientes, entre otros.

Infografía realizada por MU.

En este sistema, influye la calidad de los materiales y el procedimiento aplicado para mantener saludable el conjunto vegetal. Por ello, Gania utiliza módulos y bolsas de geotextil no tejido de 200gr por metro cuadrado, que permite instalar un sistema de riego automatizado por goteo. Cada metro cuadrado contiene 49 plantas, las cuales, antes de la siembra, se preparan, embolsan y amarran de manera individual con la técnica kokedama. De esa manera, las plantas están previamente enraizadas y no sufren daños en los bolsillos donde son instaladas. 

Por otro lado, el armazón para sostener la vegetación combina cuidadosamente materiales resistentes y técnicas de construcción sólidas. Gracias a que usa estructuras de aluminio de 3cm de espesor, previene la corrosión y asegura la estabilidad estructural a largo plazo. El mismo se adapta a las necesidades específicas del muro verde, distribuyendo el peso de manera uniforme y considerando factores como la carga de las plantas y el sustrato.

La implementación de un sistema de drenaje efectivo también contribuye a la durabilidad del jardín, pues evita el estancamiento del agua que podría resultar perjudicial para las raíces de las plantas por la acumulación de humedad y la falta de oxígeno. El implementado por Gania en sus jardines verticales contribuye a mantener un equilibrio hídrico óptimo, promoviendo la salud general de las plantas y asegurando su resistencia a lo largo del tiempo.

¿Qué factores considerar para el mantenimiento de un jardín vertical?

El mantenimiento de un jardín vertical juega un papel crucial en garantizar su prolongada vitalidad, pues es la línea de defensa contra el desgaste y los desafíos ambientales. Darle una atención permanente permite detectar y abordar plantas con posibles problemas antes de que afecten gravemente su salud del conjunto. Incluso, si algunas culminan su tiempo de vida de forma natural, deben ser reemplazadas por otras nuevas. Así, el jardín conservará su estética, funcionalidad y sostenibilidad a lo largo de los años.

Para realizar un mantenimiento efectivo, son necesarias las siguientes acciones:

• Riego:

Dado que las plantas de un jardín vertical crecen en un espacio reducido, requieren de un riego distinto al que recibirían las plantas que lo hacen desde el suelo. Es necesario evitar el exceso de agua, ya que puede causar problemas como la descomposición de raíces. Es idóneo contar un sistema de riego tecnificado, que ajuste la frecuencia y la cantidad de riego a las exigencias del proyecto.

• Fertilización:

Al usar un sustrato de material suelto, con buena capacidad de drenaje, es natural que se pierdan algunos nutrientes por el riego. Por tanto, los jardines verticales deben recibir mezclas específicas. Se recomienda fertilizar los jardines verticales una vez al mes durante la temporada de crecimiento, cuidando de evitar la acumulación de sales en su aplicación.

• Poda:

Ayuda a mantener las plantas saludables y libres de enfermedades. Además, contribuye a controlar el tamaño y la forma del jardín vertical. Es factible realizar esta actividad al menos una vez al año, de modo que las partes marchitas se reemplacen por otras nuevas.

• Control de plagas y enfermedades:

Es importante inspeccionar el jardín vertical con regularidad para detectar signos de alarma y tomar medidas para controlarlos lo antes posible. Para ello, es vital recurrir a productos químicos o métodos naturales disponibles.

• Revisión y limpieza de la infraestructura:

Conocer el funcionamiento técnico de los sistemas modulares es clave para asegurar que funcione correctamente, asimismo el sistema de riego y drenaje. De esta forma se podrá reparar cualquier fuga o atasco.

Es posible que realizar el mantenimiento de un jardín vertical sea una tarea delicada para los propietarios del inmueble donde está instalado debido a la complejidad y conocimientos propios que implica su cuidado. Por ello, es ideal confiar esta labor a profesionales expertos para asegurar su óptimo estado. Las empresas dedicadas a la instalación de cubiertas vegetales, como Gania, poseen conocimientos especializados sobre las necesidades específicas de las plantas utilizadas, la gestión eficiente del sistema de riego y la identificación temprana de posibles problemas.

Para asegurar la perdurabilidad de un jardín vertical, es clave que, desde su instalación, esta solución verde incorpore tecnologías sostenibles para que el jardín vertical se mantenga saludable y se adapte a las necesidades particulares del proyecto. Por ese motivo, en Gania acondicionamos un hogar natural para la vida vegetal mediante la cuidadosa selección de plantas resistentes y adaptadas al entorno, la tecnificación del riego y la elección de sustratos de alta calidad. De esta forma, todos nuestros muros vivos están diseñados para crear activos ambientales a largo plazo.

La duración de un jardín vertical es el resultado de cuidados meticulosos y decisiones estratégicas. Al entender las necesidades de las plantas, mantener prácticas de cuidado regulares y ajustar el entorno según sea necesario, podemos extender significativamente la vida de estos oasis verdes. La clave radica en la atención continua y en la implementación de prácticas sostenibles. Así, al maximizar el tiempo de vida de un jardín vertical, no solo aseguramos su permanencia estética, sino que también contribuimos a la creación de entornos urbanos más saludables y sostenibles.